jueves, 7 de marzo de 2013

Descorriendo un espeso velo




La leyenda del Gardel “oriental”, va perdiendo fuerza y presencia.
A esta altura del avance investigativo y jurídico resulta desconcertante y sin explicación, que un ciudadano uruguayo teste, sin razón valedera aparente, mutando en un sorprendente súbdito francés.
Es más que reconocida la autoría de manos de Carlos Gardel del  famoso Testamento, autoría refrendada por Nelson Bayardo y Payssé González
Por lo tanto ¡Por qué cambió?
Caben dos posibilidades: a) Que haya dicho la verdad y b) que haya falseado su declaración por motivos exotéricos, que los eruditos no atinan a desentrañar o se reúsan a enfrentar.
A ese respeto el Escribano Freddy González Araujo se suma al desconcierto que arrastra 80 años, aunque parte de un axioma, sin fundamentarlo.
“Pero a lo que no le encuentro fundamento –afirma el profesional- es a cambiarle la nacionalidad, meterse en esas mentiras inútiles nada prohibía al Señor Carlos Gardel disponer de sus bienes libremente ya que era soltero y sin hijos, por lo que sus disposiciones no estaban limitadas por las legítimas rigurosas que tienen algunos herederos, por ejemplo los hijos; se lo podía dejar a Berta Gardes o a cualquier otra persona, eso lo podía hacer  el uruguayo Carlos Gardel, con su documentación oficial, todavía no sé a qué atribuir esa falsificación de la nacionalidad”. (“GARDEL URUGUAYO”, pág. 169)
FREDDY ARAUJO tocó el punto de no retorno, sin explicación verosímil, maquillado con hipótesis sin consistencia, que el tiempo, impiadoso, se encargó de diluir.  Este Profesional, no encontró, a lo largo del tiempo, a qué atribuir ese sorprendente y drástico retorno a un extraordinario origen, que para nosotros fue, desde siempre, su identidad primigenia, ampliamente documentada, durante más de la mitad de su vida (1890/1913)
Por arte de birlibirloque, esta identidad se trasmutó en un “DESAPARECIDO” que reaparece, simultáneamente, con registros ligeramente cambiados y sin explicación verosímil.
Sin embargo, estando, Gardel, en  pleno uso de sus facultades mentales, y frente a una decisión soberana y de extrema solemnidad, hay que convenir, forzosamente, que, después de 80 años, al no encontrar la razón para mentir, cae por su propio peso, una obvia conclusión extrema: Gardel dijo la verdad.
Por lo tanto, la otra alternativa –seguir con la fábula- reportaba enfrentarse con la falta de PARTIDA DE NACIMIENTO y la falsa CERTIFICACIÓN DE NACIONALIDAD N° 10052,( no legitimada de acuerdo al Art. N° 79) que implicaba, en el mejor de los casos, un farragoso litigio, post mortem en que se vería envuelta Berthe Gardes.
Bien lo advierte Eduardo Payssé González, con inusitada crudeza, el 6 de febrero de 1997 en “EL OBSERVADOR”- Espectáculos:
“En esa forma, Gardel evitaba toda una pesada investigación sobre su identidad y origen que hubiera impedido que su madre se hiciera cargo de sus bienes en caso de muerte inesperada”
 Al no encontrarle explicación racional a lo que Freddy G. Araujo considera una mentira inútil apela a explicaciones pueriles y fantasiosas relativas a los “grandes problemas que sufrieron los uruguayos en la Argentina”, a partir del Mundial de 1930 (sic). Gardel, como uruguayo habría sufrido humillaciones tales “que comenzaron a alejarlo,  en  extensas giras, de la Argentina”…
Casi un increíble holocausto en miniatura, que induce a Gardel a cambiar de identidad…
Pero más recientemente, un desconcertado “periodista”, del riñón “oriental”, no encuentra nada mejor que, cambiar, una vez más, de confesiones, ayudándolo, de paso, a FREDDY ARAUJO y su dilema hamletiano, del “SER O NO SER”

 "Quienes sacan a relucir el certificado de buena conducta (número 218.125 CC, otorgado el 15 de febrero de 1923), -nos confidencia Marcelo Martínez-  omiten considerar que en esa fecha Carlos ya se había inscripto como uruguayo, dando un apellido FALSO, padres FALSOS, fecha de nacimiento FALSA… UNA PERSONA INEXISTENTE. El artífice de la estrategia para CAMBIAR LA IDENTIDAD JURÍDICA, de su representado (y de paso borrarle su pasado) fue el Jefe de Investigaciones, Eduardo de Santiago, comisario de origen uruguayo, militante pro-Yrigoyenista, que gestionó todos los documentos del músico, desde 1920 hasta 1930".MARCELO MARTINEZ (Post N° 1152-G&G)

 Para el buen gobierno de Freddy Araujo, Gardel, en 1915 ya se anticipa y también reproduce por primera vez, igual identidad, el 14 de agosto de 1915, pero esta vez, es de origen  argentino nativo, nacido en la Plata el 11 de diciembre de 1887, hijo de Berta, documento que usa para viajar a Brasil, por aguas internacionales, en pleno conflicto bélico.
Cinco años después, próximo a viajar a Francia,  y con las mismas reservas sobre su origen, reproduce otra nacionalidad, pero con la misma identidad, que deja sin respuestas a los exégetas orientales.

Sr. Freddy G. Araujo, sus pares, le resolvieron el dilema, que la JUSTICIA ya había consagrado sin apelaciones.

Juan Carlos Esteban

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