La leyenda del Gardel
“oriental”, va perdiendo fuerza y presencia.
A esta altura del avance
investigativo y jurídico resulta desconcertante y sin explicación, que un
ciudadano uruguayo teste, sin razón valedera aparente, mutando en un
sorprendente súbdito francés.
Es más que reconocida la autoría de manos de Carlos Gardel
del famoso Testamento, autoría refrendada
por Nelson Bayardo y Payssé González
Por lo tanto ¡Por qué
cambió?
Caben dos posibilidades: a)
Que haya dicho la verdad y b) que haya falseado su declaración por motivos
exotéricos, que los eruditos no atinan a desentrañar o se reúsan a enfrentar.
A ese respeto el Escribano
Freddy González Araujo se suma al desconcierto que arrastra 80 años, aunque parte
de un axioma, sin fundamentarlo.
“Pero
a lo que no le encuentro fundamento –afirma el profesional- es a cambiarle la
nacionalidad, meterse en esas mentiras inútiles nada
prohibía al Señor Carlos Gardel disponer de sus bienes libremente ya que era
soltero y sin hijos, por lo que sus disposiciones no estaban limitadas por las
legítimas rigurosas que tienen algunos herederos, por ejemplo los hijos; se lo
podía dejar a Berta Gardes o a cualquier otra persona, eso lo podía hacer el uruguayo Carlos Gardel, con su
documentación oficial, todavía no sé a qué atribuir
esa falsificación de la nacionalidad”. (“GARDEL URUGUAYO”, pág. 169)
FREDDY
ARAUJO tocó el punto de no retorno, sin explicación verosímil, maquillado con
hipótesis sin consistencia, que el tiempo, impiadoso, se encargó de diluir. Este Profesional, no encontró, a lo largo del
tiempo, a qué atribuir ese sorprendente y drástico retorno a un extraordinario
origen, que para nosotros fue, desde siempre, su identidad primigenia,
ampliamente documentada, durante más de la mitad de su vida (1890/1913)
Por
arte de birlibirloque, esta identidad se trasmutó en un “DESAPARECIDO” que
reaparece, simultáneamente, con registros ligeramente cambiados y sin
explicación verosímil.
Sin embargo, estando, Gardel, en pleno uso de sus facultades mentales, y frente
a una decisión soberana y de extrema solemnidad, hay que convenir, forzosamente,
que, después de 80 años, al no encontrar la razón para mentir, cae por su
propio peso, una obvia conclusión extrema: Gardel dijo la
verdad.
Por lo tanto, la otra alternativa –seguir con la fábula- reportaba
enfrentarse con la falta de PARTIDA DE NACIMIENTO y la falsa CERTIFICACIÓN DE
NACIONALIDAD N° 10052,( no legitimada de acuerdo al Art. N° 79) que implicaba,
en el mejor de los casos, un farragoso litigio, post mortem en que se vería
envuelta Berthe Gardes.
Bien lo advierte Eduardo Payssé González, con inusitada crudeza, el 6
de febrero de 1997 en “EL OBSERVADOR”- Espectáculos:
“En
esa forma, Gardel evitaba toda una pesada
investigación sobre su identidad y origen que hubiera impedido que su
madre se hiciera cargo de sus bienes en caso de muerte inesperada”
Al no encontrarle explicación
racional a lo que Freddy G. Araujo considera una mentira
inútil apela a explicaciones
pueriles y fantasiosas relativas a los “grandes problemas que sufrieron los
uruguayos en la Argentina”, a partir del Mundial de 1930 (sic). Gardel, como
uruguayo habría sufrido humillaciones tales “que comenzaron a alejarlo, en extensas
giras, de la Argentina”…
Casi un increíble holocausto en miniatura, que induce a Gardel a
cambiar de identidad…
Pero más recientemente, un desconcertado “periodista”, del riñón
“oriental”, no encuentra nada mejor que, cambiar, una vez más, de confesiones,
ayudándolo, de paso, a FREDDY ARAUJO y su dilema hamletiano, del “SER O NO SER”
"Quienes sacan a relucir el certificado de buena
conducta (número 218.125 CC, otorgado el 15 de febrero de 1923), -nos
confidencia Marcelo Martínez- omiten considerar que en esa fecha Carlos ya se había inscripto
como uruguayo, dando un apellido FALSO, padres FALSOS, fecha de nacimiento
FALSA… UNA PERSONA INEXISTENTE. El artífice de la estrategia para CAMBIAR LA
IDENTIDAD JURÍDICA, de su
representado (y de paso borrarle su pasado) fue el Jefe de Investigaciones,
Eduardo de Santiago, comisario de origen uruguayo, militante pro-Yrigoyenista, que gestionó todos los
documentos del músico, desde 1920 hasta 1930".MARCELO MARTINEZ (Post N°
1152-G&G)
Para el buen gobierno de Freddy Araujo, Gardel, en 1915 ya
se anticipa y también reproduce por primera vez, igual identidad, el 14 de
agosto de 1915, pero esta
vez, es de origen argentino nativo,
nacido en la Plata el 11 de diciembre de 1887, hijo de Berta, documento que usa
para viajar a Brasil, por aguas internacionales, en pleno conflicto bélico.
Cinco años después, próximo a
viajar a Francia, y con las mismas
reservas sobre su origen, reproduce otra nacionalidad, pero con la misma
identidad, que deja sin respuestas a los exégetas orientales.
Sr.
Freddy G. Araujo, sus pares, le resolvieron el dilema, que la JUSTICIA ya había
consagrado sin apelaciones.
Juan
Carlos Esteban
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