Su imagen siempre sonriente, sus triunfos artísticos, su
prosperidad económica hacen suponer que Gardel lo tuvo todo, pero el “padre
desconocido” de su Partida de Nacimiento seguramente produjo íntimos
sinsabores.
Como obedeciendo a un presagio o cumpliendo una condena,
aquella sentencia se convirtió en dolorosa realidad.
"El onceavo día del mes de diciembre del año mil
ochocientos noventa, a las dos horas de la noche, NACIMIENTO de Charles Romuald
Gardes, nacido hoy a las dos horas de la madrugada, en el Hospital de La Grave,
hijo de padre desconocido y de Berthe Gardes, planchadora
nacida en Toulouse y domiciliada en calle Canon d'Arcole N° 4..."
Por su carácter introvertido y los cánones sociales de la
época, en contadas oportunidades se refirió a su padre: Al periodista Edmundo
Guibourg le confió que se trataba de un francés de apellido Lasserre, “con
doble ese y doble erre” que luego de finalizada la Primera Guerra Mundial
había viajado a Buenos Aires con intenciones de enmendar su error, pero él no
quiso conocerlo alegando que “cuando lo necesitamos no lo tuvimos”.
Estos recuerdos de Guibourg son coincidentes en un todo con
los referidos por Armando Defino y Adela Blasco, matrimonio estrechamente
vinculado a Carlos Gardel y a su señora madre.
Doña Berta –a quien nadie en su sano juicio podría
discutirle este asunto-, atribuyó la paternidad de su hijo a Paul Lasserre,
aunque reemplazándole el apellido por “Gardes” para evitar preguntas que sólo
la llevarían a recordar difíciles momentos de su juventud.
Esta referencia tuvo lugar en 1936, durante un reportaje
para la revista “Radiolandia”.
El retrato de Paul Lasserre (1866-1921) que Doña Berta
conservaba en una pared de su casa de Jean Jaures 735, en 1936.
Para no confesarse madre soltera, se decía "viuda de
Gardes", atribuyéndole este apellido al padre de su hijo.
No hay indicio alguno que permita suponer que Gardel lo haya
visto siquiera. No obstante, Doña Berta conservó su retrato hasta sus últimos
días, hecho que muestra sus profundos y nobles sentimientos.
El entorno íntimo conocía pormenores de la historia y los
transmitieron a periodistas e investigadores. Isabel del Valle -la novia
oficial de Gardel- lo ha referido en reportajes televisivos.
En los años '70 la revista "Gente" envió a
Toulouse a Eduardo San Pedro y "Pepe" Fernández para una investigación
periodística.
A raíz de este aviso se contactaron con la Sra. Elise
Ramieres, viuda de un primo segundo de Gardel.
Años más tarde se sabrá que Paul Lasserre no era viajante de
comercio ni estaba casado cuando nació Gardel.
Para 1975 ya se sabía de Paul Lasserre y la reacción de
Gardel ante su visita pero no pasaba de un hecho anecdótico. Su figura no
despertaba sino indiferencia en los admiradores del Cantor que reprobaban su
conducta cobarde e irresponsable.
Prueba de ello es que las búsquedas realizadas por el
periodista de "Gente" en Toulouse no incluyeron a ningún Lasserre.
Recién en 1995 se conocieron las primeras investigaciones,
fruto de más de una década de búsquedas por parte de la socióloga argentina
Martha Báez:
Tres páginas de la revista "La Maga" con
información muy valiosa y hasta entonces desconocida fueron el puntapié inicial
para sucesivas investigaciones.
A partir de entonces muchos se hicieron eco del tema y
realizaron nuevos trabajos.
En "Por Siempre Carlos Gardel" (1973), Augusto
Fernández ya había mencionado la paternidad de Paul Lasserre señalando que era
"información confidencial proporcionada por un allegado de Armando Defino
(quien, fuera de toda duda, conocía la identidad del padre del Cantor)".
En la reedición de 1996 agrega una página firmada por
Carlos Mutto (desde Toulouse, Francia), bajo el título
“Fanny Laserre revela su secreto: Yo soy la hermana de
Carlos Gardel”
Hasta hace unos meses, Fanny Laserre de Gelos (76) vivía
apaciblemente en un elegante barrio de la ciudad de Toulouse. Sin embargo, esa
apacible vida sufrió un cambio radical cuando aceptó revelar el secreto que
conservaba celosamente desde su infancia: ‘Carlos Gardel era mi medio hermano’,
confesó sin medir las consecuencias. Pocos días después de publicarse la
noticia en ‘La depeche du Midi’ –el diario de Toulouse-, decenas de periodistas
se agolpaban en la puerta de la casa de Fanny, las cámaras de televisión
invadían su intimidad y las radios de Buenos Aires la asediaban pidiéndole
entrevistas. ‘Si hubiera sabido lo que me esperaba, me habría guardado el
secreto’, dice hoy cuando alguien le recuerda el tema.
-¿Por qué no reveló su parentesco con Gardel antes?
- Porque pertenezco a una familia en la que se
consideraba inconveniente hablar de temas como el de las relaciones
extraconyugales que había mantenido mi padre antes de conocer a mi madre. De
una de esas relaciones nació mi medio hermano, Carlos Gardel.
-¿Y por qué decidió hacerlo ahora?
-Porque mi hijo Raymond me convenció de que lo hiciera.
Yo le revelé a él la verdad en 1990 y, desde entonces, él no se cansó de
repetirme que era mi deber revelar este secreto. Él sabía cuál era la
importancia de Gardel en la Argentina porque Raymond viajaba a allí con
frecuencia. ‘No sabés cuánto te lo van a agradecer los argentinos’, me decía.
Sin embargo, yo me rehusaba a hablar. En 1993 mi hijo falleció y empecé a
pensar que, en homenaje a su memoria, tenía que dar a conocer esa información.
Su hija, Julie, me pidió varias veces que así lo hiciera. Mi familia decía que
yo tenía un hermano mayor. Yo oía hablar de él con frecuencia. Sin embargo,
recién lo conocí cuando tenía ocho o nueve años, durante un verano que pasé con
mi familia en casa de mi madrina, en Niza. Un día participé de una gran comida
que ella había organizado y allí lo conocí. ‘Este señor es tu hermano, me dijo
mamá, es un cantante célebre que vive en la Argentina’. Carlos visitaba a su
familia paterna cada vez que venía a Francia.
-¿Y qué recuerdo tiene de ese encuentro?
-Conservo imágenes muy vagas. Sólo recuerdo que a la
tarde salió a dar una vuelta por el ‘Paseo de los Ingleses’ en un suntuoso
automóvil Hispano que causaba sensación. Lo que sí conservo de ese encuentro es
una sensación de gran frustración.
-¿Por qué?
-Porque yo siempre quise tener un hermano, y él era como
yo había soñado: amable, sonriente de un gran charme. Yo esperaba que se
quedara con nosotros.
-¿Y no intentó continuar esa incipiente relación?
-Nunca. Mi madre nunca quiso tener una relación con
Carlos porque entendía que él representaba un aspecto ‘vergonzoso’ de la vida
de mi padre.
-¿Conserva algún documento que pruebe su vínculo familiar
con Gardel?
-Sólo mi partida de nacimiento, donde consta que la
identidad de mi padre coincide con la de Carlos Gardel. Sin embargo, no hay
nada que pruebe que Carlos era hijo de mi padre, ya que él nunca lo reconoció.
-¿Usted sabe que hay mucha gente que no le cree?
-¿Quién? ¿Por qué mentiría? ¿Qué ganaría con inventar
esta historia? Si tomé la decisión de hablar es porque mi hijo me lo pidió”.
Aunque con diferentes títulos, se trata del mismo trabajo.
Augusto Fernández perteneció a la generación de investigadores que tuvo acceso
a los protagonistas de la historia.
Fanny había nacido el 19 de diciembre de 1919, por cuanto
sus “ocho o nueve años” nos remiten a fines de 1928. Precisamente en octubre de
ese año Gardel debutó en Paris y se presentó en Cannes (distante sólo 34 Km. de
Niza) del 8 al 19 de febrero. Su recuerdo puede ubicarse en este período.
Como vemos, ya para entonces Gardel había alcanzado una
madurez que le permitió frecuentar a la familia de aquel hombre que no había
querido conocer unos años antes y con quien ya no podría intercambiar ni un
reproche ni un perdón.
Nunca sabremos qué sintió en esas circunstancias, pero el
acercamiento que relata Fanny demuestra que nuestro Cantor no guardaba rencor
alguno.
Esta era toda la información que se conocía sobre Lasserre cuando comenzamos a transitar el Siglo XXI.
Entonces, la Asociación Gardeliana de Toulouse,
acompañada por Juan Carlos Esteban desde Buenos Aires, continuaría el camino
iniciado por Martha Baez. Recientemente, en su ultimo trabajo, Georges Galopa
nos mostraría que Paul Lasserre no habría enorgullecido en absoluto a nuestro
Cantor.
Pero ésa es otra historia.
En ésta, sólo quise mostrar cómo el "padre
desconocido" de 1890 fue años más tarde desconocido por su hijo.
Lecciones que da la vida...
Ana Turón
Azul, mayo 12 de 2014
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