Es una ocasión precisa y de actualidad,
para abordar el tema.
Desde que AVLIS inventó un homónimo para
Charles Romuald Gardes, nació el primer DESAPARECIDO en la Argentina, si bien
el periodista oriental se olvidó de incluir las pruebas documentales que
avalaran a ambos, al primero y al "APARECIDO", que lo sustituyó, sin
su correspondiente identidad.
Hubo que inventarle, de apuro, y sin
comprobantes, un parentesco con la familia Escayola a los 32 años de fallecido.
Y, como señala Ostuni,: "La misma
historia, con que se lo vincula a Tacuarembó, pudo haber ocurrido en otro
sitio, con otros nombres y otros personajes”.
Posteriores historiadores uruguayos de
Carlos Gardel, tampoco presentaron pruebas, imposibilitando cualquier tentativa
de ADN. Eso explica la renuencia del Gobierno Oriental a aventurarse en
semejante irresponsabilidad.
Sobre este tema, entonces, prevalece un
impenetrable manto de silencio, ligado a la impotencia por explicar la presunta
DESAPARICIÒN.
Resolvieron, por lo tanto, al mejor
estilo cinematográfico, que "DE ESTO NO SE HABLA", película que,
casualmente, también se filmó en Uruguay.
Por su parte una Vocera Oficiosa,
habitualmente verborrágica, al no contar con sus célebres INDICIOS resolvió,
destempladamente, que el ADN, "LE IMPORTA UN PITO".
Pero, si esta ausencia documental, los ha
paralizado, peor suerte ha corrido el otro gran vacío, que mereció de Nelson
Bayardo, - “Personalidad de Jerarquía” - la desopilante y escueta conclusión:
Charles Romuald Gardes: "¡DESAPARECIO; ASI DE SIMPLE!"
Hasta es bochornoso para nosotros
transcribir la irresponsable conclusión ajena. !Que poca estima y calidad
profesional, se puede anidar, en semejantes fabuladores que no pueden
documentar lo elemental y lo obvio de su identidad!:
1.- Su Partida de Nacimiento en el
Registro Civil o Ecle-
siàsticos;
2.- Certificados y Registros Escolares,
3.- Documentos y referencias vinculantes
con la familia
Escayola-Oliva;
4.- Documentos que confirmen la
Desaparición o muerte
de Charles Gardes;
5.- Instrumentos que confirmen la
adopción de Carlos
Gardel por Berthe Gardes;
6.- Estudios científicos que atestigüen
lo no veracidad
del Testamento Hológrafo.
7.- La falta de iniciativa de Gardel por
ajustarse a la INSCRPCIÒN TARDIA, prevista en la Ley Nº 1716 del 10-VII-1884 a traves de
Juez Letrado Departamental.
Ni “Indicios” ni Documentos se pudieron
arrimar a la fabula, amasada de apuro, para evaporar y escamotear la
preexistencia de Charles Gardes.
En efecto, prefirieron soslayar semejante
acontecimiento y olvidarlo, sin aportar, lo esencial:
8.- Certificados de Defunción;
9.- Denuncia Policial de Detención o
Desaparición;
10.- Presentación Judicial como
Desaparecido;
11.- Certificado Aduanero como alejado de
Argentina
12.- Reclutamiento en el Ejército
Francés;
13.- Testimonios de amigos, conocido y vecinos;
14.- Pruebas conjeturales, por Confesión,
indiciarias, admisibles o de otra naturaleza.
En lugar de estos instrumentos
probatorios, se dedicaron a inventar:
a)
su muerte en batalla, luchando por Francia,
b)
un entierro en Pigue,
c)
entrega en adopción,
d)sustitución por su tio Carlos Carichou y
e)
promesas de AVLIS y de Armas sobre nuevas revelaciones.
Lo cierto es que contamos con la novísima
versión de una opinóloga quien asegura su muerte en 1903 y el posterior robo
del Certificado de Defunción por parte de De Fino.
Aclaramos que Bayardo, a posteriori, lo
da por resucitado en enero de 1913, cuando Bertha lo consigna ante la Policía como “AUSENTE” de
su hogar.
Pero lo más llamativo es que Berthe
Gardes, su madre biológica, en este caso, no radicó ninguna denuncia de
desaparición o reclamo documentado, a diferencia de su denuncia Policial del 31
de enero de 1913, por ausencia del hogar.
Tampoco se registra ningún estado de
desesperación y dolor, que se posesiona de su alma, ante la desaparición de un
hijo de su sangre, que la debía haber marcado para siempre. En sus
declaraciones, nunca mencionó semejante tragedia. Tampoco Carlos Gardel
registra la existencia y desaparición de un hermanastro, por adopción. Al
contrario, en carta a Razzano de noviembre de 1927 lo instruye: "Primero
esta la voluntad de mi mamà, pues como comprenderás SOY SU ÙNICO HIJO y por lo
tanto su consuelo y compañero".
Esto contrasta con la catástrofe que fue,
en vida, para la existencia de Doña Bertha, la muerte de Carlos Gardel,
registrada hasta la saciedad por todos los medios gráficos, noticieros, libros,
etc.
Esta Historieta, que
perdura, definitivamente como un CULEBRÒN, no tiene retorno, ni siquiera
rectificación , por los exégetas de un Gardel Oriental. Hasta ahora fue pura
retórica, a veces grotesca, por momentos desacreditada. Desde ahora es una
desopilante aventura que tiñe de oprobio y desmérito a quien la reivindique.
Juan C. Esteban
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