Publicado originalmente en http://www.todotango.com
La vida de los ídolos suele estar rodeada de leyendas y misterios y Gardel, verdadero mito cultural de la Argentina, no escapa a esta aseveración.
Su edad, que tiene que ver con la verdadera fecha de su
nacimiento, y su nacionalidad son, todavía hoy, motivo de controversia.
Más allá de un pasaporte, donde falsea su origen para evitar
las consecuencias de su deserción al servicio militar en Francia, y algún
carnet de una institución deportiva, Gardel siempre fue considerado francés.
Su primer apodo en el barrio del Abasto fue "El
francesito". Y cuando con el tiempo se evoca su etapa cantando en dúo con
José Razzano, se lo menciona como "El morocho" y a Razzano como
"El oriental". Evidentemente si uno es oriental (uruguayo) el otro no
lo es. Si los dos fueran identificados de la misma manera hubieran sido
"Los orientales" o "Los morochos". En fin, es simplemente
un razonamiento lógico que me hago para saldar en mi fuero íntimo, una
discusión que además, entre otras cosas, me parece estéril.
Pero si hay un momento de reflexión y sinceridad en la vida
de un hombre, es sin duda el instante en que escribe su testamento. Un
testamento cuya única beneficiaria era su madre, doña Berta, y todos aquellos
condonados en sus deudas, que ni siquiera nombra.
Pero quiero resaltar el hecho que es la propia doña Berta la
que debe protocolizar el testamento ológrafo de su hijo ante un escribano, para
de ese modo poder iniciar el juicio sucesorio. Si bien la madre era su heredera
universal y por ese motivo parece ocioso utilizar el testamento para abrir la
sucesión, esto era absolutamente imprescindible porque todos los bienes estaban
a nombre de Carlos Gardel, que era el nombre artístico y no el verdadero. Por
este motivo debió protocolarizarlo.
En realidad, ese documento fue autenticado no sólo por el
notario, sino también y fundamentalmente por su madre, que tácitamente reconoce
su veracidad.
Finalmente, el juez del sucesorio certifica por ciertos
todos los datos sobre su nombre, filiación, fecha y lugar de nacimiento, de
allí la importancia del documento.
A continuación, se transcribe íntegramente el testamento
ológrafo de Gardel, cuya protocolización hiciera el escribano Felipe T. Ibáñez
en 21 de agosto 1935, cuya copia tengo ante mí, autenticada por el escribano
José Eduardo Burlet, el 18 de mayo de 1968.
«Este es mi testamento. En esta ciudad de Buenos Aires el
día siete de noviembre de 1933, encontrándome en pleno goce de mis facultades
intelectuales otorgo este mi testamento ológrafo, disponiendo en él de mis
bienes para después de mi fallecimiento, en la siguiente forma: primero soy
francés nacido en Toulouse, el día 11 de diciembre de 1890 y soy hijo de Berthe
Gardes, segundo –hago constar expresamente que mi verdadero nombre y apellido
son Carlos Romualdo Gardes, pero con motivo de mi profesión de artista, he
adoptado y usado siempre el apellido "Gardel" y con este apellido soy
conocido en todas partes. Asimismo hago constar que las cuentas que tengo en
los Bancos, expresamente en el Banco de la Nación Argentina, así como mis
títulos de propiedad y demás papeles figuran invariablemente con mi nombre y
apellido de adopción, o sea Carlos Gardel- tercero. Soy de estado soltero y no
tengo hijos naturales- cuarto- no debo suma alguna y perdono todo lo que me
deben. Mis bienes resultarán de los títulos y papeles que tenga a la fecha de
mi fallecimiento- Quinto- Nombro por mi única y universal y heredera de todos
mis bienes y derechos a mi nombrada madre Berthe Gardes.- sexto- Nombro mi
albacea testamentario a mi amigo Armando Defino para que liquide mi
testamentaria y asesore a mi nombrada madre durante la tramitación de la misma-
No teniendo otras disposiciones que hacer, hago constar que el presente ha sido
redactado de mi puño y letra y de una sola vez lo firmo en la fecha de arriba
indicada. Carlos Gardel»
Luego de la lectura de esta transcripción cuesta creer que
sigan las dudas.
Si además se agrega, que existen otros documentos que
convalidan los datos que puso "El Zorzal" en su testamento, tales
como su partida de nacimiento y alguno que otro certificado escolar, resulta
curiosa la insistencia de algunos investigadores en desconocer lo que el propio
Gardel afirma de puño y letra.
Las siguientes imágenes son reprducciones digitalizadas del
testamento de Gardel, tomadas de la copia autenticada por el escribano José
Eduardo Burlet, el 18 de mayo de 1968.
RICARDO GARCÍA BLAYA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario